Me resulta difícil cuando
voy a Santander no pecar, lo digo en serio, aparte de la soberbia, el orgullo, altivez,
arrogancia, vanidad que me produce el tener sangre cántabra y que me maravilla la ciudad, hay otros pecados
que no puedo evitar,
Me pasa como a los
musulmanes cuando van a La Meca, que tienen que dar siete vueltas alrededor de
la Kaaba y se besa la Piedra Negra , pero mi problema no es la fe sino la gula,.
No hay día que no me coma un bocatita de queso picón en la taberna, Fuente De, calle
Peñaherbosa, nº 5 , 2 Montadito y 2 cortos de cerveza .3,50€ si vas por allí te lo recomiendo, aparte del picón
tienen múltiples variedades de queso, como lacón , lomo y otro tipo de masticadas,
puedes comer o cenar y la relación calidad precio es excelente, aparentemente
es un poco cutre, pero cuando acabas de comer y pides la cuenta seguro que vuelves. Nosotros conocemos ya
tres generaciones de “picones”, Abuelo, Padre e hijo y espero que perdure por
que si no me da un mal, luego si hace bueno te das un paseo por la Bahía hastaPuerto Chico
y si
tienes suerte y encuentras un banco vacío has hecho el día, la cantidad de
gente que se exhibe es impresionante y la posibilidad de marujerar mayor,” que
si mira que tacones”, otro con un afgano, las chavalucas que bajan de la playa
y mejor no opines, por eso de que te pongan de caduco que no haya por donde
cogerte en fin te serena el alma, criticas, admiras y gratis.
Pero lo que es obligatorio
subir al Sardinero a comerte un helado, pero no cualquier helado, uno de los de
Regma de la caseta que hay en la primera playa, tienes de todos los gustos y
tipos, al corte, cucurucho, tarrina, etc... Dicen de los italianos, pero para a
mi estos no tienen nada que envidiar a los de los de Roma y encima el precio, por 2, 40 €, me gusta el de Crocante te hinchas a
calorías y luego viene la dietista con la rebaja, pero como he dicho soy
pecador y ante la tentación caigo. El helado te lo tienes que comer sentado en
un banco en Piquio, mirando al mar, esto si es una gozada y una forma de
olvidarte del mundanal ruido y de la “suegra” de riesgo, en fin que me parece
que con tanto abandono no consigo el Elíseo y me voy a ganar una bronca que no
te menees.